3/6/12

PRUEBA KONA SATORI (Test the best)

Y, ¿por qué es tan especial esta bicicleta? En primer lugar sus ruedas son de 29 pulgadas, el "nuevo" estandar que está empezando a crecer poco a poco en el mercado nacional, principalmente en la disciplina XC. Pero esta bici no está pensada para machacarse en los circuitos de rally, ni para ganar maratones. Se trata de una bici para trail/enduro, lo suficientemente ligera para hacer grandes rutas con ella, pero con una dotes para superar zonas técnicas más que notables, gracias a su geometría y a sus 130 mm de recorrido. La recogemos en el están de la marca, puesta a punto por el simpático Miguel. Me subo y la primera impresión es un poco rara, ¡qué alta es de alante!, y eso que lleva un manillar plano. Una ojeada me permite ver que lleva tres arandelas bajo la potencia, así que podría bajarlo unos centímetros y solucionar el problema. Otra sensación extraña, el manillar es enorme, aunque es lo que se necesita para dominar una bici de 29, y una vez en orden de marcha se aprecia que le va a la bici a la perfección. El recorrido elegido comienza en subida con una inclinación considerable, ascendemos serpenteando y nos alejamos de Cercedilla por un camino en buen estado. Las primeras sensaciones son buenas, la bici tracciona muy bien (la cubiertas Maxxis Ardent ayudan), la suspensión no interfiera con el pedaleo, y tampoco hay vaivenes desagradables, de hecho hago la subida con el propedal abierto, y no lo cierro en todo el recorrido. Lo único que no acompaña son los desarrollos, ya que el plato de 26 dientes se queda muy justo para llevar cuesta arriba una bici de 29 pulgadas. Al final la subida se complica con alguna piedra y raíz, y la bici pasa sobre ellas de maravilla, ayudada por su mayor diámetro de rueda, y unas suspensiones que van de cine. Lástima que el desarrollo demasiado largo para mi forma no me deje trialear un poco más, ya que obliga a subir a un fuerte ritmo si no quieres quedarte clavado. Una pena porque la bici tiene unas buenas dotes escaladoras. Una vez hemos coronado, y tras despedirnos de una cierva que nos observa, empezamos a bajar por un sendero divertido, pero sin grandes complicaciones. Ahora notamos esa mayor estabilidad de las 29er, que hace más sencillo mantener la trazada, aunque impone una conducción más conservadora. No se puede decir que la bicicleta sea torpe, si no que es más estable que una 26, y nos obliga a seguir en la trazada una vez la hemos elegido. A ello ayuda una gran precisión de dirección, gracias a su dirección tapered, el eje delantero de 20mm, y unas ruedas easton que son una auténtica maravilla por estética y rigidez. Por otro lado superar obstáculos es algo más fácil, gracias al mayor diámetro de rueda, así como bajar escalones. Terminado el sendero, volvemos hacia Cercedilla por pista, y luego por carretera, terrenos en los que se aprecias claramente el fácil rodar de las 29. Una vez lanzada la bici corre mucho. Devolvemos la montura en el stand de Kona, donde me tienen que bajar a palos de la bici. Mi primer contacto con una 29 ha sido muy positivo, creo que más por el concepto de bicicleta que plantea kona, una bicicleta lo suficientemente ligera para hacer kilómetros, pero con buenas dotes bajadoras. La 29 nunca tendrán la rabia de una 26, y no te permitirán jugar tanto con las trazadas, pero puede que te llevan más lejos, y más rápido de lo que nunca has llegado, aunque esto es opinable. Lo que no admite duda es que Kona vuelve a tener un catálogo muy interesante, y os dejo dos ejemplos más.

La abra cadabra una trail con un sistema de suspensión muy elavorado.



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